En la era digital en constante evolución, las tendencias en comunicación juegan un papel crucial…
Marketing Emocional ¿Cómo lo utilizan las empresas?
Habitualmente se piensa que nosotros (los individuos) tomamos las decisiones de compra atendiendo a un proceso racional. Esto es cierto, pero sería un error no considerar que el componente emocional ejerce una gran influencia en las personas diariamente.
El marketing emocional se encarga precisamente de esto, es una estrategia que busca la lealtad del consumidor llegando al corazón. El marketing emocional se enmarca en lo que se hace llamar “nuevo marketing”. Es uno de los tipos de marketing que ha comprendido que somos cada vez más exigentes e inaccesibles y, por tanto, no basta con emplear los mecanismos convencionales.
Las emociones también cuentan en las decisiones de compra
Los seres humanos basamos nuestras decisiones en emociones y sentimientos, más que en el raciocinio. Esta premisa es clave para el marketing emocional, cuyo objetivo es influir en nuestras decisiones, las del consumidor, con contenidos y estrategias que apelen a las emociones y, desde ellas, sembrar el deseo de comprar.
El propósito de este tipo de marketing es que cada marca deje una huella positiva en el cliente y crear un vínculo afectivo con este. El objetivo no es únicamente vender el objeto promocionado, sino que también conmover nuestro interior.
En una buena estrategia de marketing emocional, nosotros, como consumidores, no tendremos la sensación de que nos están intentando vender un producto o servicio. Todo lo contrario: nos sentiremos cautivados.
¿Cómo consiguen las empresas seducir al público? A través de historias
Generar emociones mediante historias memorables
Los consumidores actuales no somos conformistas ni impresionables, es más, esperamos ser sorprendidos y estimulados a través de nuestros sentidos. En un contexto de estas características, el futuro del marketing pasa por la creación de historias memorables capaces de conectar con las emociones de los individuos.
Coca-Cola es una de las marcas líderes en este ámbito, que ha hecho de la felicidad su principal baluarte. Su campaña “Comparte la Felicidad” es solo un ejemplo de cómo la empresa se olvida por un momento de vender latas de refrescos y, en su lugar, apuesta por vender emociones e inyectarnos valores como la alegría o el optimismo.
La clave está en elaborar historias que toquen tu fibra sensible como consumidor, que te diviertan, emocionen y, por qué no, te hagan derramar una lágrima. Utilizar las emociones en el marketing es un elemento muy poderoso para incitar a la acción.
El marketing emocional es capaz de convencer
El marketing emocional consigue convencerte de que adquirir cierto producto o servicio va más allá del simple bien material. Por ejemplo, imaginemos una aerolínea. Cuando reservamos un vuelo, no estamos comprando solo un billete, sino toda la experiencia: disfrutar del confort de sus asientos o de la oferta gastronómica a bordo. El éxito está en conseguir que realmente el cliente lo crea así también.
¡El éxito está en conseguir que realmente tú lo creas así!
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